Continuamente escuchamos que cobremos lo que valemos.
Hasta a mí me lo has escuchado decir.
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Este mensaje sobre todo dirigido a las mujeres, porque históricamente tenemos problemas para ver y reconocer nuestro valor, de cobrar por debajo de lo que deberíamos, de tener miedo a pedir más, de tener problemas con el dinero y creencias limitantes enraizadas como que la ambición o el dinero es malo, lo que hace no permitirnos querer más.
Cuánto cobrar es una decisión de negocio importante y que puede ayudarte para crecer tu negocio y hacerte feliz o estancarte y empezar a odiarlo.
Pero mi intención al hablarte de esto es ir más allá del merecimiento, ser realista y verlo también desde el enfoque estratégico.
Y cómo podemos cobrar lo que “realmente valemos“ aportando soluciones que lo valgan.
Primero respondamos: ¿Cuánto vales?
Como personas valemos mucho y nuestro valor es infinito, independientemente cuánto estés generando en tu negocio o en qué etapa estés.
Una emprendedora que está haciendo 3 veces más que tú no vale más que alguien que está empezando y está sufriendo por conseguir su primer cliente.
Así que el valor es intrínseco, valemos por el hecho de ser personas porque tenemos algo que traer a la mesa y además estás luchando en el mundo del emprendimiento o de los negocios, dicho de una manera romántica o poética, si lo quieres ver así.
Así que creo que tenemos que reformular la pregunta y empezar a considerar varios aspectos más allá del ¿cuánto valemos? y abrazar ese valor, como una estrategía única para determinar el precio de lo que ofrecemos.
Porque determinar un precio implica más.
El precio más que una cuestión de valor y creencias, es una cuestión de posicionamiento.
Una decisión estratégica de negocio que puede hacer la diferencia entre sentirte valorada, tener ganancias, no sólo ingresos, y sentirte bien remunerada.
O encontrarte en esta otra situación donde comienzas a odiar de tu negocio porque no te queda dinero para tus necesidades personales, para invertir en él.
Así como renunciar a tus placeres, tan sencillos como tomarte ese café en tu cafetería favorita.
Más allá de entender tu valor:
– Hay que resolver un problema caro
– Tener una oferta que valga el precio que quieres cobrar
– Saber articular el valor de esa oferta.
Para posicionarte premium y cobrar caro tienes que resolver problemas caros y además entregar soluciones de valor que hagan la diferencia en tu cliente, donde tú también te impliques en ayudarlos a alcanzar sus objetivos.
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Mi intención con traer este tema a la mesa, es darte perspectiva y que consideres que a veces no es suficiente, sólo trabajar tu mentalidad y creer en lo que ofreces, y luego no sepas cómo llevar ese empoderamiento a al acción o a la realidad y sintiéndote cómoda porque sabes que tu oferta es algo que lo vale y que de verdad ayuda a tus clientes y no sólo es ruido y carezca de fondo.
Así que no te sientes inadecuada, que sólo “cobrar lo que vales” no es suficiente.
Aunque tu mentalidad es el comienzo, esto no hace automáticamente tu oferta premium o apta para que tenga un valor más alto.
Así mismo, tener trabajada la mentalidad, creer en lo que ofreces, resolver un problema caro y tener una oferta transformacional tampoco hará que se venda sola porque no necesita marketing.